Este apartamento, en el que sus propietarios pasan los fines de semana, se distribuyó completamente.
En el nuevo interior se creó un dormitorio en suite con baño incorporado al que se accede desde la habitación. Se diseñó una nueva cocina abierta al salón- comedor e integrada en el ambiente gracias a su mobiliario en madera desgastada. Además, se proyectó otro baño completo con todos los servicios y una habitación de invitados.
Como la vivienda se ubica frente al mar, su decoración es muy fresca y como es una residencia de fines de semana, los detalles funcionales son básicos: un suelo vinílico muy resistente y fácil de limpiar, muchos armarios etc. Eso sí, sin olvidar nuestra esencia mediterránea, en detalles como. El cabecero de cama, cuyo diseño recuerda a las persianas mallorquinas.
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