A este apartamento, pensado para uso turístico, se le hizo un «re-styling» con un carácter eminentemente práctico.
La propuesta consiste en una puesta al día con los mínimos recursos, para ello fue clave plantear una máxima optimización de lo existente a base de cuidar los acabados de pinturas y los tonos, y buscando materiales muy resistentes.
El baño se actualizó aplicando microcemento en la zona de la ducha, el mismo material de las mesitas; las butacas en madera de teca, una madera muy fuerte; y el cabecero de cama se realizó en esparto.
La carpintería de puertas y ventanas se pintó en color en blanco y arena, en contraste con el resto del apartamento. En el suelo se colocó encima del existente un pavimento cerámico de alta resistencia, sin obra, creando un efecto de renovación total.
La decoración se complementa con mobiliario versátil, como el sofá-cama, que dota al espacio de más plazas en caso de que sea necesario.
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