Esta casa, construida en los años 70 y ubicada en medio del campo, con unas vistas privilegiadas al mar, renació tras una reforma integral.
El planteamiento de los propietarios era disfrutar de una vivienda veraniega, acogedora y cómoda. El proyecto de Catalina House salvó los desniveles existentes y redistribuyó tanto el interior como el exterior, en cuyo porche se pasan la la mayor parte del tiempo en verano. Por eso, y para disfrutar e la espectacular panorámica marina, en el porche se eliminaron los pilares que interrumpían la visión completa.
La conexión entre exterior e interior, se realizó mediante el uso de un pavimento de microcemento que se instaló en ambos suelos para que el espacio fluyera. Y la decoración ¡cómo no! Refleja la esencia sencilla y fresca de la isla. y la paz y la alegría que se respiran en ella.
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