Esta antigua casa de campo, de gruesos muros, se reformó para no alterar su esencia y para mantener el estilo.
Se proyectaron dos anexos con muchos porches ya que está pensada para disfrutar del exterior. Nuestros toques: Maderas toscas que recuerdan el pasado de la finca y todo el mobiliario que mantienen un cierto sabor añejo actualizado.
Las camas con dosel, dotan a los dormitorios de una atmósfera muy especial, rústica pero con encanto y los baños de un estilo más contemporáneo no dejan perder ni un ápice de su la esencia mediterránea.
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